Cuando pensamos en fisioterapia, la mayoría de las personas la asocia con la rehabilitación después de una lesión.
Sin embargo, existe una rama igual de crucial pero menos conocida: la fisioterapia preventiva, una herramienta poderosa que puede marcar la diferencia entre avanzar de forma segura en el entrenamiento de fuerza o terminar en reposo obligatorio por una lesión.
La fisioterapia preventiva se enfoca en anticiparse a las lesiones antes de que ocurran.
A través de evaluaciones funcionales, análisis de postura, movilidad articular, patrones de movimiento y equilibrio muscular, el fisioterapeuta identifica debilidades, compensaciones y desequilibrios que podrían predisponer a una persona a lesionarse.
En otras palabras, no se trata de esperar a que el dolor aparezca, sino de entender al cuerpo y optimizar su funcionamiento antes de someterlo a grandes cargas.
El entrenamiento de fuerza, aunque es altamente beneficioso, exige un alto grado de control y conciencia corporal.
Muchas lesiones musculoesqueléticas, como tendinitis, distensiones o lesiones articulares, no se deben al ejercicio en sí, sino a una técnica incorrecta, desequilibrios musculares, falta de movilidad o volúmenes de trabajo inadecuados.
Aquí es donde la fisioterapia preventiva se convierte en un aliado estratégico. Algunos beneficios clave incluyen:
Corrección de desequilibrios musculares antes de que causen dolor o compensaciones.
Mejora de la movilidad y estabilidad articular, lo que permite ejecutar los ejercicios con una técnica más segura y eficiente.
Identificación de patrones de movimiento inadecuados (control motor), como por ejemplo: un valgo de rodilla o una curvatura excesiva en la zona lumbar durante sentadillas.
Asesoramiento personalizado para adaptar el entrenamiento y las cargas de este a las necesidades individuales de cada persona desde un punto de vista integral.
Personas que comienzan a entrenar después de un periodo sedentario.
Deportistas que aumentan la carga de entrenamiento rápidamente.
Individuos con antecedentes de lesiones o patologías previas.
Personas con movilidad reducida en caderas, hombros o columna.
Incluir la fisioterapia preventiva como parte de tu rutina no solo reduce el riesgo de lesión, sino que mejora tu rendimiento.
Un cuerpo equilibrado, móvil y fuerte es un cuerpo más eficiente, capaz de alcanzar su potencial sin pausas innecesarias.
En definitiva, entrenar fuerza es importante, pero entrenar inteligentemente lo es aún más.
¿Entrenas fuerza y nunca has pasado por una evaluación fisioterapéutica preventiva?
Agenda una sesión con tu fisioterapeuta de confianza y comienza a entrenar con mayor conciencia, técnica y seguridad antes de que te lo exija el dolor.
Natalia Elgueta Elgueta.
Fisioterapeuta ncol. 1078 COFN.
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